El final de una relación amorosa no deja literalmente un corazón roto, pero si se conjunta con una comorbilidad o una depresión puede desencadenar problemas cardíacos que de no atenderse sí pueden llevar a la muerte. He aquí la importancia de realizar una revisión médica constante y aprender el correcto manejo de las emociones con ayuda de un experto, advierten especialistas.
Este problema no es una situación menor, pues las enfermedades del corazón son la primera causa de muerte en Puebla, según revela el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en las Estadísticas de Defunciones Registradas (EDR) en el país, de enero a junio de 2023. Dicho estudio da a conocer que durante el primer semestre del año pasado 5 mil 522 poblanos y poblanas fallecieron por dichas afecciones.
Las también conocidas como enfermedades cardiovasculares pueden presentarse por tabaquismo, mala alimentación, sedentarismo, el consumo excesivo de alcohol, hipertensión, diabetes, obesidad y antecedentes familiares, pero también por el mal manejo de las emociones, refiere Ivonne Martínez Hernández, psicóloga y docente de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).
En entrevista con El Sol de Puebla, apunta que cuando las personas no saben controlar el estrés emocional ante una pérdida y la soledad, convierten el malestar sentimental en un síntoma físico, en este caso se liberan hormonas que impactan directamente al corazón, con lo que se afecta el funcionamiento de este órgano.
“Se tiende a somatizar la situación psicológica, este estrés emocional intenso es real, libera hormonas en el cuerpo que afectan en un impacto directo al corazón (…) esto va a hacer un daño hacia mi sistema cardiovascular, entonces estos cambios temporales en el corazón por tristeza profunda o por depresión también afectan el funcionamiento. Si no tengo una salud adecuada, si no cuido mi salud, puede conllevar situaciones que desencadenan problemas cardíacos”, declara.
Expone que en la actualidad, a través de las redes sociales, se imponen los diferentes comportamientos que supuestamente deben tener los seres humanos para las celebraciones como la Navidad y el Día del Amor y la Amistad, en donde se exige que la gente cuente con pareja o conviva con sus seres queridos, por lo que esto es otro causante de un problema emocional, como la depresión, para quien no cumple estos estándares.
Incluso en estas fechas se estima que aumentan 70 por ciento los casos de este trastorno mental caracterizado por tristeza y un bajo estado de ánimo, lo cual también repercute en el número de casos atendidos en el sistema de urgencias de los servicios de salud públicos y privados.
“La sociedad me exige que el 14 de febrero yo tengo que estar con pareja, debo convivir con mi pareja, es un deber, si yo no lo cubro se puede suscitar ese estrés emocional que lleva a tristeza, a no funcionar adecuadamente en el trabajo, en la familia, en la sociedad (…) a somatizar la situación, es decir, pasar de lo psicológico a la físico con dolores de cabeza, taquicardia, cansancio, fatiga extrema y depresión”, subraya la especialista.
Esta es una situación que merece toda la importancia y difusión, señala Andrea Romero Ordóñez, cardióloga egresada de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), quien asegura que faltan esfuerzos por concientizar a la gente sobre este tipo de afecciones, que pueden acabar con la vida de una persona en “un dos por tres”.
Asevera que la enfermedad cardíaca más común es la coronaria, la cual se produce cuando las arterias que llevan sangre al músculo del corazón se endurecen y estrechan debido a la acumulación de grasa, colesterol y otras sustancias. Ésta muchas veces deriva en un infarto.
Otras afecciones pueden ser la insuficiencia cardíaca congestiva (no se puede bombear sangre), arritmia (latidos anormales del corazón), la enfermedad cardíaca congénita (que se presente al nacer) y la endocarditis (inflamación de la capa interna del corazón).
Para la enfermedad coronaria, que es la más usual, se pueden presentar síntomas como sudoración fría, dolor en el pecho, acidez estomacal, entre otros signos de alarma, los que mayormente se pasan por alto, indica Romero Ordóñez. La especialista agrega que hay pacientes que pueden continuar con sus actividades normales, pese a tener dolencias, pero de no atenderse pueden llegar a tener un infarto y perecer.
“Hay gente que cuando tiene un infarto no se da cuenta, a veces tienen un umbral del dolor muy alto y por eso aguantan, pero hay quienes se automedican y el malestar se le va por un momento; sin embargo, cuando regresa, a veces ya es fulminante”, afirma.