Los cuatro integrantes fueron ejecutados el pasado viernes 7 de octubre, posteriormente, los responsables prendieron fuego a su vivienda
Una semana y media transcurrió para que se diera sepultura a los integrantes de la familia Vázquez Rivera, originaria de Tepexilotla en San Pablo Zoquitlán, quienes el pasado viernes 7 de octubre fueron ejecutados y calcinados al interior de su vivienda.
La familia, que se componía por Angélica y Uriel, los papás, y dos menores de edad, Iker y Uriel, de 7 y 6 años respectivamente, fueron sepultados en la Sierra Negra luego de que la Fiscalía General del Estado (FGE) hiciera entrega de los cuerpos el martes 18 de octubre por la tarde.
Después de la entrega, los cuerpos fueron trasladados a su tierra natal, donde varios familiares, amigos y habitantes de Tepexilotla ya los esperaban, aunque fue hasta este miércoles 19 de octubre que pudieron darles sepultura.
Durante el trayecto hacia el panteón, los cuerpos de los niños fueron llevados a la primaria Cuauhtémoc, en donde estudiaban, para que sus maestros, amigos y compañeros pudieran despedirse de ellos.
La maestra del grupo donde estudiaba Iker, mencionó que el menor quería ser maestro cuando fuera adulto, sin embargo, es un sueño que no se cumplirá. Posteriormente, el cortejo fúnebre partió hacia el panteón de la localidad, en donde se les dio el último adiós.
De acuerdo con reportes, fueron los vecinos quienes se percataron de varias camionetas estacionarse afuera de la casa donde vivían y, aunque había lluvia intensa, escucharon varias detonaciones de arma de fuego. Minutos después, la vivienda fue incendiada.
Asimismo, dieron a conocer que el hecho sucedió minutos después del sismo, pero no pudieron otorgar más detalles, pues por la lluvia pocos pobladores pudieron salir de su vivienda.
Al siguiente día, familiares de los cuatro ejecutados convocaron a una rueda de prensa a las afueras del panteón municipal de Tehuacán, donde dieron a conocer que la Sierra Negra es violentada por el crimen organizado.
Comentaron que varios de los pobladores de la zona han sido amenazados, además de denunciar el cobro de piso a los campesinos, quienes son asesinados o desaparecidos si no cumplen. Sin embargo, esa información no sale de las comunidades por temor a represalias.
La familia exigió al Gobierno del Estado y a la FGE a realizar una investigación exhaustiva para dar con los responsables del asesinato de sus seres queridos y aplicar todo el peso de la ley en contra de las personas que se dedican a extorsionar a los pobladores de la Sierra Negra, pues los hechos violentos que ya son comunes en el lugar.